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López de Heredia - Viña Tondonia es especialmente conocida y admirada por sus blancos, y Viña Gravonia es una muy buena opción para conocer su buen trabajo, un primer paso, por supuesto mucho más asequible y accesible. Sólo con su aspecto, su color, se demuestra el extraordinario trabajo de esta bodega, verdaderos maestros en el arte de envejecer vino: fíjense qué poco evolucionado está este blanco; criado durante cuatro años en barricas en roble americano, con una larga maduración en botella hasta hoy, y viste todavía un precioso color oro sin evolucionar. Viña Gravonia es el más humilde de la casa pero su complejidad es más que notable. La primera impresión en nariz es de madurez y humedad: piedras mojadas, aires de mar, suaves yodados, que sorprende a quien está acostumbrado a los blancos más ligeros y jóvenes, pero que cautiva inmediatamente a los amantes de los blancos maduros y complejos. Agitándolo un poco, en seguida ofrece una mezcla de aromas frescos y cítricos, con notas lácticas (queso) y de frutas maduras, de piel de pera madura e infusión de tila, con un frescor muy agradable en copa parada.
En boca es seco; no esperen un vino dulzón de esa madurez; su acidez es extraordinaria y le permitirá seguir evolucionando en el tiempo. Las notas de humedad y los demás aromas percibidos en nariz se repiten ahora en boca: fruta evolucionada, almendras crudas y notas que nos recuerdan al queso. Es un vino de trago fácil, fluido, de cuerpo medio.
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